Primer Libro de los Reyes

2,1-4.10-12.

Estando ya próximo a su muerte, David hizo estas recomendaciones a su hijo Salomón:

"Yo me voy por el camino de todo el mundo. Sé fuerte y compórtate como un hombre.

Observa las prescripciones del Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, observando sus preceptos, sus mandamientos, sus leyes y sus instrucciones, según lo que está escrito en la Ley de Moisés. Así prosperarás en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas,

y el Señor mantendrá esta palabra que me ha dicho: Si tus hijos vigilan su conducta, caminando delante de mí con fidelidad, de todo corazón y con toda su alma, nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel.

David se fue a descansar con sus padres, y lo enterraron en la Ciudad de David.

Cuarenta años duró su reinado sobre Israel: reinó siete años en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén.

Salomón se sentó en el trono de su padre David, y su realeza quedó firmemente afianzada.